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Tras las navidades cuesta volver a estar en forma y recuperar la figura. Si entre tus propósitos de enero está perder unos kilitos y te disgusta el estar a dieta, ¿por qué no añadir aromas alimentarios a tus comidas?

Los aromas son componentes de la industria alimentaria que aparecen muy a menudo entre los ingredientes de los alimentos procesados, desde yogures de sabores a los que se les incluye aromas de fruta hasta las palomitas, que se les suele añadir el característico aroma de mantequilla.

Los aromas alimentarios, auténticos desconocidos

Si bien el público se imagina los aromas como ese elemento que aporta sabor a un alimento, ¿sabemos qué son exactamente a nivel químico? De vez en cuando oímos que el conservante tal o el colorante cuál ha sido retirado del mercado por demostrarse su toxicidad.

Desde 2003 la Autoridad Europea de Salud Alimentaria (EFSA) ha ido evaluando miles de sustancias aromáticas y recientemente la UE ha publicado un listado de unas 3000 sustancias permitidas para su uso en alimentación.

Tipos de aromas

Los aromas alimentarios no son un invento de la historia moderna, pues la aromatización de los alimentos es algo que ya hacían en el Antiguo Egipto o el imperio romano, que aliñaban y aromatizaban los alimentos con hierbas y especias como la canela o el jengibre.

Con los descubrimientos de la química en el siglo XIX, surgieron las primeras moléculas aromáticas sintéticas como la vainilla, que continuamos usando en la actualidad, y poco a poco el abanico de aromas alimentarios ha ido creciendo hasta poder distinguir entre aromas naturales, sintéticos y artificiales.

Así, los aromas naturales serían los que se extraen de materias primas vegetales o animales y sólo sufren pequeñas transformaciones respecto a su estado natural (extracción, destilación, concentración, fermentación, torrefacción o reacción enzimática).

Los aromas sintéticos, en cambio, serían molecularmente iguales a los aromas naturales, pero obtenidos mediante sintetización, en un laboratorio.

Por último, existen los aromas artificiales, que serían los que no existirían libremente en la naturaleza y son creados mediante síntesis química. 

Envases para conservar aromas

Si te has preguntado alguna vez cuál sería el mejor envase para conservar las propiedades de los aromas alimentarios en perfecto estado, la respuesta es vidrio. Piensa que los componentes aromáticos suelen ser compuestos fenólicos o terpenos, altamente volátiles y que reaccionan con el calor, la luz y la humedad del aire. Por tanto, es fácil que si no los conservamos en envases perfectamente cerrados se vayan evaporando con el paso del tiempo o se alteren sus propiedades organolépticas.

Por eso, el material que sella mejor y evitaría la pérdida de estas sustancias en el tiempo, serían los frasquitos de vidrio con tapas herméticas o de rosca. Éstas últimas son particularmente buenas porque aíslan la luz directa.

Anímate y ponle sabor a tus aburridas comidas de régimen con aromas alimentarios perfectamente conservados en nuestros envases de vidrio.